Noticia aparecida en el Diario Vasco del 27-1-2014. Con video.
http://www.diariovasco.com/v/2014012...-20140127.html
La presa del Añarbe primero se oye y después se ve. En la última curva de ascenso hacia el pantano, en la muga entre Gipuzkoa y Navarra, el ruido del agua al precipitarse al vacío anuncia su presencia. Enseguida de oír ese zumbido ensordecedor, la pared de la presa se interpone entre los montes como un gigante de cemento del que salta una cascada. En el embalse no cabe ni una gota más. La última avenida de agua, que descargó 114 litros por metro cuadrado en 32 horas, desde la medianoche del viernes, ha colmado la capacidad de la infraestructura. Los 37.279.625 metros cúbicos se quedaron cortos y, con el agua al cuello, resultó inevitable empezar a aliviar por coronación -la parte superior-, antes de proceder a la apertura de uno de los desagües el sábado a las ocho de la tarde, cuando el nivel del río Urumea decreció y permitió el inicio de las maniobras.
La imagen del agua cayendo por el tobogán de cemento resulta bastante extraordinaria de observar. Hace un año, con otro episodio de lluvias persistentes, el agua también rebosó por los aliviaderos, pero en el Añarbe no la recuerdan como una situación tan al límite como la de este fin de semana, porque entonces se logró vaciar de forma rápida un volumen de agua suficiente como para respirar más tranquilos. En la memoria hidrológica el dato que no se olvida son las inundaciones de noviembre de 2011, una avenida totalmente excepcional que marcó un antes y un después en la cuenca.
Marcadores