Que pena de lugar , amigo Perdiguera, como se nota más veces que otras , la desidia y dejadez a la hora de conservar espacios como el que aquí nos muestras, que de otra manera serían de gran belleza y a buen seguro, con más excusas para visitarlos. Si es que incluso teniendo lo que tenemos al lado de nuestras casas no hay aún, esa cultura de equilibrio sostenible y de respeto por nuestro entorno.
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