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Fuente: público.es
Las 20 presas más dañinas para el entorno.
El 46% de los embalses españoles se encuentra en espacios protegidos. WWF pide la demolición de una veintena de ellas por su impacto o porque no tienen concesión de aguas.
MARÍA GARCÍA DE LA FUENTE Madrid 21/05/2009 07:44
España sigue siendo el país con más presas por habitante del mundo, y aunque la regulación de ríos es necesaria para abastecer de agua potable a poblaciones, generar energía y controlar avenidas, no todas las infraestructuras siguen teniendo utilidad o se construyeron en el lugar adecuado. La organización WWF presentó ayer un informe sobre la situación de presas, azudes y diques en España y, según sus datos, hay 20 casos, en 15 ríos, con tal impacto negativo que deberían demolerse.
De los más de 8.500 obstáculos que se encuentran los ríos españoles, 1.231 son presas con una altura mayor de 10 metros y una capacidad de embalse de más de un hectómetro cuadrado. De ellas el 46% se encuentra en espacios naturales protegidos o en zonas declaradas libres de presiones e impactos. Concretamente, hay presas en 467 lugares de interés comunitario y 311 zonas de especial protección para aves. Además, el 25% de ellas tiene más de 50 años, lo que supone un mayor coste de mantenimiento y más riesgo en seguridad. En la actualidad quedan, por ejemplo, 57 presas construidas en 1900.
Uno de los casos más llamativos de las infraestructuras en cauces es el de las centrales hidroeléctricas, ya que, según el informe, 31 centrales llevaban en 2006 más de tres años paradas, y según la ley de Aguas, la falta de uso durante tres años implica la caducidad de la concesión al titular. De los 31 casos, 11 se encuentran en la cuenca de Ebro y 10 en el Júcar. La central de Quieles II lleva seis años parada.
De los 31 casos, 11 se encuentran en la cuenca de Ebro y 10 en el JúcarDestaca asimismo la situación de Guipúzcoa, donde, según datos de la Diputación, el 68% de las infraestructuras de sus ríos no tiene uso en la actualidad; al igual que en Galicia, donde el 77% de sus molinos y el 57% de las centrales hidroeléctricas no se usan.
El secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, afirma que "el proceso de eliminación de presas no sólo sirve para restaurar ecosistemas dañados, sino también para generar empleo ambientalmente sostenible". Y añade: "En la mayoría de los casos, tal como se desprende del informe, es más barato derribar una presa que mantenerla o repararla".
Los motivos que justifican su derribo, según la organización, son los graves impactos en espacios o fauna protegidos, porque no cumplen la misión para la que fueron diseñadas, porque carecen de evaluación de impacto ambiental o es deficiente, y por obras recrecidas sin autorización y sin concesión de aguas asociada.
Movimiento de especies.
Entre los casos analizados por WWF se encuentran presas que dejan seco el cauce (ríos Guadiela y Torcón); no cumplen la función para la que se construyeron (ríos Torcón, Aravalle, Guardal, y Umia); incumplen el caudal ecológico (río Ritort); se encuentran en espacios protegidos (ríos Guadiela, Torcón, Aravalle, Huerva y Castril); e impiden el movimiento de especies migradoras (ríos Guadiela, Cuervo, Barbellido, Castril, Urumea, Guadalfeo y Sor).
La información disponible en cada comunidad autónoma sobre la situación que presentan las presas es dispar. Comunidades como Asturias, Castilla-La Mancha, Cantabria, Madrid, Baleares, Canarias o Murcia no tienen proyecto sobre inventarios de sus infraestructuras y, por tanto, desconocen si están en riesgo, tienen concesión en vigor o suponen un impacto en el entorno.
Por su parte, Andalucía, Aragón, Castilla y León, País Valenciano y La Rioja tienen proyectos en marcha, y los que más avanzados van son Catalunya, Extremadura, Galicia, Navarra y País Vasco, según el informe de WWF. Además, las confederaciones hidrográficas del Ebro, Duero y Júcar, y la Agencia Catalana del Agua cuentan con un inventario bastante completo de la situación de sus embalses.
De las 1.231 presas que hay en España, un total de 514 se encuentran en espacios naturales protegidos, 133 en tramos libres de presiones, 568 en tramos fluviales de interés ambiental, 308 tienen más de 50 años y 157 están ubicadas en tramos fluviales de interés ambiental y tienen más de 50 años.
La directiva marco del Agua obliga a los Estados a que en 2015 los ríos tengan aguas en buen estado ecológico, y según WWF, un primer paso es revisar las presas obsoletas.
Los 4 casos más graves:
La más antigua,
La presa de Mezalocha, en el río Huerva (cuenca del Ebro), en el espacio natural protegido del río Huerva y Las Planas, se construyó en 1728 para riego, pero sus propietarios no pueden asumir los costes de su mantenimiento.
Las que no tienen premiso,
La presa Las Librerías, en el río Guadiela (cuenca del Tajo), y la Torcón II, en el río Cuervo de la misma cuenca, carecen de concesión y además dejan seco el cauce.
Con concesión retirada,
La presa Molló, en el río Ritort, perteneciente de las cuencas internas de Catalunya, fue construida para uso hidroeléctrico, pero se le retiró la concesión, aunque sigue en pie. Incumple el caudal ecológico que debe tener el río y afecta a especies como la trucha.
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